El tronco de deriva

De un pedazo de roble viejo, encontrado en una playa asturiana, corto ocho lonchas consecutivas, de 1 cm de grosor, del tronco. Sobre un papel Willian Turner de Hahnemühle de 310 gramos imprimo cada una en blanco y negro dos veces, la primera a un 85% de tinta, la segunda, una vez reservando un segmento, al 100%. Cada impresión es a la vez un fotograma (ocho) de una animación. 
La impronta natural del árbol crea en su movimiento, como si se hubiera mimetizado, un mar, una costa, acantilados, playas... Yo sólo soy el faro.

Obra participante en el Miniprint de Cantabria 2020.










Comentarios

Entradas populares